lunes, 5 de abril de 2010

La historia de un TE QUIERO

Dicen que el reloj de arena representa la fugacidad del tiempo y de la vida. La arena es sencilla de trabajar, un hombre con sus manos la puede dar forma, aunque en cuanto esas manos dejan de hacer presión sobre ella la arena pierde su forma y gana la libertad que esa mano le quitó. La arena de la playa es volátil, y aire la puede arrastrar formando así pequeñas dunas. La arena de la orilla es mucho más especial, al estar bañada por el mar, ese que viene y va miles de veces al día, la ha hecho muy fuerte y a la vez moldeable, pero con la peculiar característica de que esta vez al quitar la mano, ahora sí que se queda con la forma que le dimos. De ahí nace mi idea de escribirte ese "te quiero" en la orilla, porque como la arena está dura, mis dedos dejarán en ella los trazos que yo haga; pero como está tan cerca el agua, en uno de sus movimientos del baile que mantienen juntos, estas dos palabras que significan tanto pueden ser arrolladas por el agua en un intento de borrarlas: en un primer intento casi lo conseguirá, y en el segundo ya no quedará nada. Pero como esas palabras son tan fuertes, significan tanto e implican una carga sentimental tan grande, que aunque millones y millones de olas azoten mi corazón una vez tras otra reescribiré estas palabras en él hasta que ni la mayor de las olas habidas o por haber pueda hacer mella en mi corazón.

Mis sentimientos algo que ni yo mismo entiendo

Mis sentimientos, algo que ni yo mismo entiendo:Ya solo habrá calma, ya no habrá dolor. De donde ha salido esa frase? Estaba en mi mente, almacenada, una canción, un libro, un poema....nadie lo sabe. Pero es una gran realidad que debo afrontar de una vez por todas. Y me juro cada día que hoy empieza una nueva vida para mí, y no lo consigo. Hago el esfuerzo, pero no la olvido, no es tan fácil. En este tiempo sin vernos no sabe cuánto la eche de menos, y es que no paran de venirme sentimientos al centro de mi corazón, a veces contradictorios. Mi corazón, ese que va por un camino, que la ama con locura y que no hace caso a lo que le dicta la razón. La razón, esa que perdí por el corazón. La vida es aprender, hasta que morimos. Y he aprendido, y me he equivocado, errado como un vulgar ser humano, que es lo que al final soy. Perdonar también es una virtud del ser humano, y la he aprendido. He perdonado todo el daño que me infligió, porque en amar va implícito el sufrir. Se me olvido todo al leer sus palabras. Se me olvido que nuestros caminos por una decisión de ella, tomarían direcciones opuestas. Pero no olvido sus besos o sus caricias. No olvido que me amo, ni lo quiero olvidar. Quiero sentirlo de nuevo a su lado. Ayer apareció una frase nueva en mi cabeza, no solo uno valora lo que perdió sino lo que gano al perder. Ahora estoy preparado para tenerlo todo. Y encontrare el equilibrio que el corazón o la razón me robaron. Nunca me perdonare haberla perdido, y nunca abandonare la idea de que quiero morir para que uno de sus besos me resucite como en un cuento, y si el beso no llega obtendré la calma y ya no habrá mas dolor. Y nunca entenderé porque no me dejo demostrar lo duro que fue aprender sin ella, y demostrarla que la entregaría lo nunca la entregue.